Así, la lista incluye cinco puntos críticos que pueden resumirse en lo siguiente: en primer lugar, el desarrollo de un contexto adecuado con el correcto etiquetado y posicionamiento del vídeo; en segundo lugar, tomarse seriamente aspectos esenciales para que YouTube no se vea obligada a retirar el vídeo: solicitar el consentimiento de las personas que aparecen, conocer la legislación local a la que se deba someter el servicio norteamericano y entender la política de derechos que se sigue. Por último, piden a los activistas que se pongan y se mantengan en contacto con YouTube para protegerse de cualquier intento de alterar su cuenta.
El artículo incluye, entre otros, este vídeo en el que Witness.org aporta consejos relevantes y específicos para la producción de los vídeos de activistas sociales: